“MR. GWYN”
Lleva el nombre del protagonista: un afamado escritor de ficciones que decide no escribir más libros y realizar algo nunca hecho: escribir retratos de personas. Esta decisión es muy resistida por su gran amigo y editor que desea que vuelva a la escritura tan festejada y exitosa, pero él no desiste y para comprometerse, comienza la insólita y abstrusa tarea, imaginando, buscando técnicas propias de escritura para retratar literariamente y alquilando y ambientando un lugar apropiado donde llevarla a cabo, el clima musical y lumínico que debe tener y finalmente a qué “modelo” contratar para ese fin, y se fija para hacerlo un plazo de 32 días sucesivos durante cuatro horas diarias en las que cada modelo a ser retratado literariamente, debe permanecer desnudo pudiendo él, estar o no presente todo el tiempo o parte del mismo. Esa aleatoria observación en el transcurso de ese mes, le brindará información sobre la que su escritura se convertirá en el retrato de la persona en cuestión y que deberá pagarle importantes sumas contratadas, produciéndose diversas situaciones in-imaginadas.
La forma narrativa de Baricco se despliega con esplendor para romper tradicionales modelos narrativos, clásicas puntuaciones, primeras personas, continuidades, el orden cronológico, etc. aportando en la articulación de sus pasajes de acción, momentos de vértigo literario que junto a las situaciones y características de sus personajes han dado base a su gran originalidad así como la novedosa estructura de su novelística.
La reflexión sobre la literatura está en ese escritor exitoso que quiere dejar de escribir libros y dedicarse a un extinguido oficio no recuperable: el “copista” intentando en cambio la inventiva al practicar la muy insólita tarea de producir “retratos escritos”.
Por Jorge Zanada.
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