“City” (Alessandro Baricco, 1999) Traducción de Xavier
Gonzàlez Rovira.
Es un libérrimo relato que historia tres materiales
metropolitanos: el de un residuo familiar alrededor de Gould, el del box y
fútbol con Gorman, el de la creación juvenil colonizada en la aspiración de Shatzy.
Es su tono indirectamente sarcástico, crítico pero tierno y que lleva en varios
segmentos a la hilaridad y a veces sin solución de continuidad, a lo trágico
del siglo XXI. Original del autor también en esta obra de mayor extensión que
sus mayorías (393 páginas aunque más pequeñas). Usa esos personajes principales:
Gould, niño prodigio presionado a ganar el Nobel y su joven y ocasional cuidadora-acompañante
informal, Shatzy Shell que está escribiendo un “western”, y menos el box con
Gorman, todos con un pequeño entorno.
Está organizado en 35 apartados titulados por sus sucesivos
números y un epilogo, figurando al final de éste una Nota del autor y en la
contratapa una suerte de reseña propia. En general los números contienen una escena-situación
articulada con otras, aunque no siempre. Con el título, el libro sería la radiografía
territorial y subjetiva del pensante autor a una metrópoli, tomada por sus
fracasos como organización para los valores de todas y todos quienes la habitan
y sostienen, mayoritariamente como víctimas de la misma y que siendo lo
contario a la naturaleza, luchando entre sí, constituyen la naturaleza urbanística.
Baricco representa la producción ciudadana, con esos grupitos paralelos (que no
interactúan entre sí) en sus luchas diferentes y resultados en desarrollo: la
repentina escritura de una tesis sobre la honestidad intelectual por el
profesor estudioso, la inesperada consolidación de un boxeador, la creación
literaria de un western, pero también flashes sin trascendencia narrativa como
la milagrosa salvación del niño cruzando distraído una calle por donde viene a
velocidad un ómnibus repleto de pasajeros, la beneficencia de un peluquero un día
por semana, los juegos infantiles deportivos en lugares públicos del seno
metropolitano de su sutilmente grotesca “Casa Ideal”.
Recrea para cada situación, su vertiginoso estilo literario que
hace dialogar a un mudo, con tramos de suspense radial o del western, buscando
lograr en el lector su vivencia y también reflexión en segmentos de exposición
y desarrollo filosófico (como sobre pintura de la fuente de Nymphéas, obra del
pintor Monet (¿documental?), y el “Ensayo sobre la Honestidad Intelectual” -muy
logrado, sobre ética sociológica- de su personaje el profesor Mondrián Kilroy,
focalizado en la naturaleza originaria de las Ideas y su inmediata corrupción
al ser utilizadas como armas en la lucha interurbana. Termina la novela con el
desarrollo final del “western” de Shatzy, el célebre y acá simbólico “THE END”
de aquellas películas de y entre yanquies, con un grado extremo también filosófico
social como el robo del Tiempo en un pueblito y la batalla westerniniana por su
recuperación y la justicia individual, siendo esto lo que encuentro simbólico:
se matan todes con armas propias y ese es el concepto que expone con ironía, el
autor: la “lucha” de vivir para esos “ciudadanes” de la “City” del nombre. Pero
el final literario (su Epílogo)es para el otro gran tema de la obra: el boxeo
de su personaje “boga (lawyer)” Gorman, es una entrevista radial cuando el
boxeador está retirado y ante una pregunta por su actualidad, pide que se
apague el grabador para responderla diciendo que no le interesa al público y
luego pueden seguir. El relato no se retoma luego de ese corte del reportaje y
en cambio pasa repentinamente a la actualidad de Gould, que ha sido el niño
prodigio y que ahora, en cambio, está viviendo su vida más propia, lejos y sin
dar ninguna señal a sus queridos padre, Shaltzy, docentes y compañeres de
estudio, pero nunca dejar su vínculo íntimo y virtual con los amigos: el mudo y
el gigante, completando repentinamente la posibilidad certera del simbolismo de
esta obra suya con su título en inglés: City.
Por Jorge Zanada.
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